Nos
cruzábamos sin apenas vernos y nos dirigíamos unas palabras huecas
para poder salir del paso. Tal vez tú ya sabías que cuando lo
correcto se impone ante lo necesario hay algo que no funciona, pero
igual que yo, lo dejaste pasar, y continuaste en esa guerra fría de
restricción de besos y sequía emocional que nos protege de errores
y desvelos, del dolor, de la debilidad. Disimular la tristeza y
sedimentar nuestros deseos hasta petrificarlos era una opción más
válida que presentarnos desnudos con el corazón en las manos
regalando latidos.
Equivocamos
el camino cuando creímos que correr era mejor que pararse a observar
y que nuestras necesidades eran tan sólo restos de una animalidad
mal controlada, aceptando que los sentimientos son prescindibles y
desterrando de nuestro vocabulario la palabra 'ayuda', símbolo
equivocado de inseguridad.
Cada
vez más gélidos, sin síntomas de necesidad, arropados con una
manta sintética e impermeable, corrimos el riesgo que nos llevó a
esta mezquindad, asustados por lo que podría pasar si derribásemos
los muros de contención.
qué bien escribes, mi amiga.
ResponderEliminarLu Folino
Que bueno.
ResponderEliminarDe tanta contención convertimos nuestras vidas en náusea perpetua.
La cobardía emocional se paga caro.
Me ha gustado muchísimo.
Te felicito.
Besos.
Sugerencia:
ResponderEliminarYo terminaría el texto con la expresión "muro de contención. " Me sobran las últimas tres frases. Gran texto, Cris.
Besos mil,
Juan
Lu, querida, un placer de los grandes esta visita tuya; gracias.
ResponderEliminarToro, gracias a ti también.
Juan, releyendo el texto, te doy toda la razón, pero eliminaré esas tres frases finales cuando escriba uno nuevo.
Besos, abrazos, sonrisas y gracias a los tres.
Qué arte tienes para expresar lo que los demás solo podemos sentir. Un beso, guapa.
ResponderEliminarPor cierto, a mi lo de la náusea perpetua me parece muy descriptivo. Yo no lo quitaría, pero como veas.
Aléxis.
Pienso que veces se ha de medir, cruzar de un lado a otro ese muro y equilibrar así tantos angulos despiertos.
ResponderEliminarUn gusto leerte Cristina, nunca defraudas.
Besos almendrados ;)
Perfecto el texto.
ResponderEliminarHay veces que parece una lucha a ver quien puede más en senir menos.
bss