jueves, 1 de septiembre de 2011

Fortalezas




Empezaste con un puñado de guijarros que te ibas encontrando durante las primeras escapadas. Al principio no sabías muy bien cómo colocarlos, eras demasiado pequeño, y torpe, muy torpe. Nadie podía adivinar tus planes; quizá pensaban que era una manera de pasar el tiempo, un juego de niños, algo inocente, a saber. Yo también lo ignoro, y la verdad, prefiero seguir haciéndolo, pues ya no tengo ningún interés en acercarme a ti. Atrás quedan mis intentos de rescate. Pero no pienso callarme, no ahora, que te veo ahí encerrado, prisionero de ti mismo, inmovilizado en tu propio parapeto.
Después de los guijarros llegaron piedras más grandes, y tu torpeza desapareció. Llegaste a convertirte en un perfecto constructor de fortalezas infernales, pero estabas muy equivocado, reconócelo. El control que buscabas, la protección, el miedo a todo y el amor a nada acabaron enterrándote, pero no me subestimes; soy capaz de vislumbrar todas tus debilidades a través de ese muro intimidatorio que has creado. Sí, te veo, ¿y sabes lo que veo? Veo a un animal lleno de rabia retorciéndose en un foso de aguas turbias, cegado por la estúpida ilusión de quien se considera invulnerable, incapaz de darse cuenta de que se está ahogando en sus propias maldiciones. Tu fortaleza no refleja lo que eres, no te engañes; sólo refleja aquello de lo que careces. Pero dime, ¿qué sientes ahora que nadie puede acceder a ti? ¿Qué se siente al no ser acariciado? ¿Eres capaz de llorar a veces o ni siquiera eso?
Crees que estás a salvo, pero estás solo frente a tu enemigo, ese amigo disfrazado que un día te ayudó a recoger los primeros guijarros y que no supiste reconocer como el lado más débil de ti mismo.
Es posible que un día, cuando hayas terminado de pagar el precio de ser fuerte, te des cuenta de que hubieras preferido la debilidad. Pero entonces ya estarás solo.

8 comentarios:

  1. Me gusta este nuevo registro, Cristina, me parece que eres una excelente comunicadora. Sabes transmitir, y después de haber visto tus lecturas en la anterior entrada, me ratifico en mi idea. Te felicito.
    Alexis.

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  2. Muy bueno, Cris; se nota que está escrito con honradez y eso se transmite en un texto con nervio, eficaz, sugerente. Una sola apostilla: yo terminaría el texto con la palabra "solo". No añadiría otro adjetivo.
    Pero son manías, ya sabes.
    Beso grande.
    Juan

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  3. Cuántas fortalezas construímos para protegernos y qué fácil es aislarse...
    Cristina, una vez más, me has sorprendido con tu estilo.
    Un abrazo grande, de los de verdad.
    Maca.

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  4. Es un placer ver como diriges el texto a donde tu quieres llegar...
    Un gusto leerte.

    Saludos ;)

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  5. Terrible, triste... la soledad y el dolor de quien vive aparentando fortaleza, autonomía, suficiencia...
    Me gusta este texto.
    Un saludo.

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  6. Maravilloso.
    Cierto, triste, emotivo, reflejo de uno en ocasiones desde una parte y otra de la fortaleza...

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  7. Uy, ¿a quien me hace acordar? jajajajajajajaj

    Y sin embargo, te quiere... jajajajaja

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