sábado, 13 de octubre de 2012

Qué cosas...


La premisa formulada por Freud de que "toda conducta está determinada" y que es uno de los principios básicos psicoanalíticos, pareció en su día revolucionaria. El azar no existe en el comportamiento humano, es más, nuestra conducta está determinada por fuerzas inconscientes que están siempre en conflicto con la realidad (YO) y las normas (SUPERYO).Si fumamos compulsivamente, es por algo, si nos equivocamos una y otra vez, existe un porqué, si nos casamos con A en lugar de con B, lo mismo. Todo tiene una razón de ser, alejada de suertes o coincidencias. 
Jung, en cambio, dudaba de que nuestro inconsciente fuera una especie de nicho frío y oscuro donde todo lo que se albergaba en él eran demonios y deseos inconfesables. Si el inconsciente era tan importante como para llegar a dirigir nuestros actos, algo de organización debía tener entonces, por mucha pulsión y mucha líbido que hubiera instaladas en él. Entre tanta fuerza animal irrefrenable tenía que regir, necesariamente, algo de orden y concierto. Así, Jung empezó a a reordenar  esa manada de monstruos que se nos amontonan en algún punto situado entre la frente y la nuca.  Debíamos reconocer que debido a la educación, al bagage histórico cultural y a muchos, demasiados, cuentos infantiles, se nos forman ideales inconscientes colectivos, es decir, que absolutamente todos los mortales tenemos dentro de nuestra cabeza al hombre del saco compartiendo espacio mental con una idea de inteligencia suprema o de plenitud vital. Carl (Jung) llamó arquetipos a todas esas figuras compartidas.
Aunque lo ignoremos o no queramos reconocerlo, todos cobijamos idénticas neuras en la cabeza y, al parecer, no sólo de sexo y destrucción se alimenta el inconsciente; nuestro reverso tenebroso está ahí dentro y Jung lo llamó Sombra, concentrando en ese concepto todo lo que tenemos de malvado e inmundo, eso que es mejor pensar que no somos ni jamás seremos, pero que por momentos asoma y nos hace dudar de esa bondad innata del hombre de Rousseau.
Para sorpresa y alivio de los eternos buscadores del ideal romántico, en el inconsciente también se encuentra nuestro príncipe/princesa, azul o del color que más nos guste. Tanto suspirar y salir a la desesperada en su búsqueda y al final resulta que lo teníamos ahí. Por lo que Jung nos cuenta, no parece muy adecuado mostrar nuestra parte de sexo contrario, por lo que la interiorizamos, y a fuerza de aplastarla y retorcerla  para que pueda colarse por debajo de la puerta de nuestro inconsciente, termina por deformarse y convertirse en aquello que consideramos más adecuado para el otro sexo. Finalmente, el ideal que buscamos en el otro no es más que una versión personal de nosotros mismos. Y puestos a centrifugar la idea, lo que buscamos es nuestro reflejo optimizado, tal y como nos gustaría ser, cómo creemos que deberíamos comportarnos ante los demás, pensar y reaccionar.
Masticando todo esto, supongo que llega el momento de revisar afectos, de repasar esa lista de personas que un día significaron algo en nuestras vidas y encajaron perfectamente, por un tiempo, con esa imagen mental.
Es posible que nos sorprendamos.

8 comentarios:

  1. Creo que es el post más interesante que he leído en mucho tiempo.
    No me veo capacitado para revisar todo lo que he vivido.
    Básicamente porque seguro que no lo haría bien y puede que los resultados fueran catastróficos.
    Pero al no hacerlo me resulta imposible comprender el presente y claro... voy dándome cabezazos de aquí para allá empujado por las emociones y las preguntas que no encuentran respuesta.
    Ah, yo creo que ya dejé de buscar.
    Quizás es que me cansé de no encontrarme.

    Besos.

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  2. Estoy plenamete con Toro, salvo en que soy persona de buscar respuestas y si no la encuentro soluciones para reconducir presente e ir encontrandome día a día.
    Eres impresionante Cristina, no me canso de decirlo, porque así lo pienso, sabes expresar y hacer llegar cualquier género literario que te propongas.
    Te lea quien te lea, les guste más o menos (los menos), si alguien llega a meterse contigo es simplemete lo que en esta entrada expresas, eso si a nadie dejas indiferente.
    Esta es una entrada de las que se relee y relee para sacarle todo el jugo.
    Me ruboriza solo el hecho de estar hablando con tan gran escritora.
    Un fuerte abrazo!!

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  3. Es cierto que tras nuestro comportamiento se halla ese inconsciente que dirige, mas o menos, nuestra realidad.
    La naturaleza de estos patrones de mando son, en parte, producto de un determinismo biológico que traemos cargado de fábrica, producto de la herencia genética y de la variabilidad que cada generación incorpora y también de nuestras vivencias vitales, sobre todo de las que dejan especial huella en nosotros.
    Un profesor de filosofía del instituto me dijo una vez que no somos como somos sino como tendemos a ser. Es como si oculto entre las sombras estuviesen no solo los deseos mas inconfesables o los instintos mas brutales, sino además las bondades mas maravillosas. Que impide pues que ese otro yo se traslade al yo que actúa y se comporta diariamente? Las reglas, los tabúes, los condicionantes de todo tipo que nos ponemos y los miedos que aparecen súbitamente.
    Quiero pensar, necesito hacerlo, que una parte de este gobierno en la sombra que nos rige puede ser cambiado en parte por nuestras vivencias y reflexiones, que, a veces se celebran elecciones para renovar parcialmente este parlamento interior, eso si, esos cambios pueden ser a mejor pero también a a peor.
    El programa de las candidaturas que se presentan a gobernar solo puede ser examinado desde las constantes preguntas y reflexiones y el ejercicio consciente de empatía puede ser el mejor debate electoral.
    Sea cual sea nuestra evolución personal sólo hay, en resumen, un instrumento imprescindible, que es una moneda de dos caras: seguir buscando respuestas, en tanto en cuanto esto significa lo más importante como seres humanos que es seguir haciéndonos preguntas...

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  4. Me resulta interesante lo del inconsciente colectivo... me gusta pensar que estamos generando (o modificando) los arquetipos del futuro...

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  5. Es posible que sí, Lucas, pero los arquetipos del pasado, por decirlo de algún modo, pesan.
    Soylor, los humanos vivimos siempre con la interrogación a cuestas, cuestionándonos todo o casi todo -quiero pensar-. Hacerse preguntas es bueno, independientemente de que hallemos la respuesta, independientemente de que esa respuesta exista, independientemente de que esa respuesta cambie o se midifique conforme pasa el tiempo... Crecer. Ese es el verbo.
    Toro, no dejamos nunca de buscar, lo sepamos o no.
    África, día a día nos encontramos -o deseamos hacerlo, al menos, que no es poco-, pero también hay días en los que los desencuentros con uno mismo son evidentes. Y no creo que sea malo, pues perderse y 'desencontrarse' forma parte del camino hacia la evolución personal.
    Gracias a tod@s por vuestros comentarios.

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  6. Yo me hecho mayor, voy por la mitad, y me veo capaz de amar muchas clases diferentes de mujeres, más de las que me atraían cuando era más joven. Veo más belleza en las mujeres, antes solo reconocía la asociada a cierta gracia, armonía o encanto. Pero sí es cierto que todas, o la mayoría, comparten una pulsión de la vida que yo respeto y valoro. Quisiera hacerles ver lo hermosas que son, corregir mi ceguera juvenil.

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  7. Me alegro de leer esto, creo que hoy en día está de moda pensar que solo somos lo que se ve, lo que se puede medir y lo más importante es lo que no se ve.


    bss

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  8. Creo que somos de una determinada forma/manera, por cómo crecemos, dependiendo de al lado de quien crecemos y la forma que nos hace entender las cosas que en un futuro deberemos de resolver nosotros. La niñez marca y la forma de la deucación tambien. Pero también creo que llega un momento en que todo lo educativo se desmorona o se aparca o se olvida o no nos sirve, y se empieza haciendo el camio en cada paso.

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