jueves, 1 de agosto de 2013

Sueño

Anclado al suelo, con los pies embarrados y los hombros cubiertos por el polvo que destilan la mediocridad adulta y la pesadez de ese trabajo sombrío. Cuantos más segundos consumes, más te parece que has derrochado tu vida entera, que sólo breves instantes han merecido la pena. Todo lo demás fueron absurdos pasatiempos, juegos de manos para aliviar tu ansiedad ante el vacío.
La cabeza se eleva mientras tanto, perdiéndose entre nubes e ilusiones cortadas a medida, haciéndote pensar que la mejor parte de tu vida es precisamente aquella que no vives, la que sueñas o te inventas en cada amanecer, en ese estado adormecido en el que quieres que tu reloj retroceda hasta el instante en que confuso, al despertar, creías ser aquel con quien soñabas; alguien libre, con el poder de los parias, privilegiados que ya jamás podrán perder pues no poseen nada.
Un punto de fuga allá al fondo, en los andenes y puertas de embarque,  en el aire atrapado entre tu boca y mi cuerpo, te sirve de salvavidas. Tal vez aún estés a tiempo de que todo vaya mal y se colapse la estructura de tu vida. Dejarías entonces de atesorar estrellas fugaces y te abandonarías con absoluta rendición a los placeres que ahora dosificas. 
En definitiva, empezarías a vivir.

(Resumen de un sueño que tuve anoche, en el que hablaba con un hombre que creía que no estaba vivo, al menos no del todo)

5 comentarios:

  1. Joder..... que fuerte.
    Todos nos podemos ver en tus palabras.

    Que desastre colectivo...

    Besos.

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  2. Tal vez aún estés a tiempo de que todo vaya mal y se colapse la estructura de tu vida.

    Esto es absolutamente genial Cris. Cada día me sorprendes un poquito más con tus palabras.

    Un abrazo, libre.

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  3. Uf, seguro que soñar esto me traería algún quebradero de cabeza.


    bss

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  4. Tendrías que controlar más tus sueños, que luego a mí me causan desvelos, y con este calor y los quebraderos de cabeza que tus textos me provocan por obligarme a pensar, no hay quien aguante después a lo largo del día.
    Pero no dejaré de leerte ni por prescripción facultativa, bonita.
    Abrazos.
    Aléxis.

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  5. Yo estoy entre nubes e ilusiones, y así un día, y otro, y otro más.
    ¿No sería yo con la que hablabas en sueños en lugar de ese hombre del que hablas?
    Besos estivales, amiga mía.
    Maca.

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