domingo, 25 de mayo de 2014

Vivir, jugar


' El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación.¿Pero qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? '
Milan Kundera, ' La insoportable levedad del ser'



Tu mundo ideal sería aquél en el que hubiera reglas absolutas que sirvieran de modo universal, un sólo juego al que poder jugar, la senda bien trazada, ya sabes, el lujo de no tener que andar a cuestas con la indeterminación. Rumias hacia adentro que este es un lugar dudoso, lleno de trampas para animales frágiles,  poblado de ojos desconfiados y manos indecisas. Miles de condicionales, posibilidades que se multiplican en cada esquina, y pocos referentes válidos; y es que todo sería más sencillo si la vida fuera bicolor, un blanco y negro sin matices ni notas a pie de página, con normas que delimitaran cada movimiento, una sola meta, una única casilla por la que apostar. Te sientes estafada; todos los decálogos y listas de pecados capitales se han quedado obsoletos y se presentan ahora llenos de salvedades. Descubres que todo es relativo; tú, a quien habían coloreado un mundo en blanco y negro, de ángeles o demonios, sólo el bien y el mal, te golpeas la frente con situaciones especiales en las que se te permiten blasfemias y cuentos de terror; no entiendes los grises, se te hacen densos como bancos de niebla y te sientes fatal. Culpable de no sentirte culpable, como una niña que descubre que robar un chicle no ha hecho que ardiera en el infierno, pero que sueña cada noche con ello, con llamas y cuerpos ensartados en tridentes.
Te sientes mal por no sentir remordimientos; qué extraña forma de juego...

© Cristina R. G.

7 comentarios:

  1. Aunque pocos nos atrevamos a decirlo, muchas veces quisiéramos que vivir fuera menos complicado. Demasiadas probabilidades de error,pero también de éxito,¿no?
    La duda, siempre la duda.
    Besos,
    Maca

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  2. Extraña forma de juego y extraña pero cierta la forma en que tenemos de castigarnos a veces. La culpa por sentirnos bien, la culpa por sentirnos mal y hasta la culpa por no sentir nada.
    Bicos, Cris (aunque yo no suelo comentar, siempre te leo, es una forma de sentirte cerca; y le das cuerda a mi reloj neuronal, jejeje, que desde que soy madre se para a veces).
    Xulia.

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  3. Los humanos binarios son víctimas del sistema, de la iglesia y de familias enfermas.

    Besos.

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  4. No te veo yo a ti en ese "mundo ideal", Cris, no te veo, no... ¿Tú con un camino dirigido, marcado, sin regadas fuera del tiesto? A mí no me la das.
    Biquiños e apertas,
    Toño.

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  5. Maca, por ensayo y error, ahí estamos, aprendiendo ;)
    Xulia, qué alegrón verte porte por aquí, pero alegrón de los grandes. Ah, y al carajo con la culpa, que ya fue en su día una carga pesada. Cuando hayas superado la etapa de biberones y pañales -eso sí, id parando ya-, quiero verte aquí fichando en cada entrada, jajaja. Besos para todos.
    Toro, hay de todo, no seas tan radical. Sí, vale, muchas familias malitas, ok ;)
    Toño, ¿crees que estoy hablando de mí? No exactamente, pero es tentador un mundo sin incertidumbres, menos difuso, ¿o no? :P

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  6. Yo conozco a personas a las que le marcaron tanto el camino que después no supieron seguir caminando solos.
    Como siempre un placer, querida amiga.
    Un abrazo,
    Aléxis.

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