domingo, 18 de mayo de 2014

Confieso que...


'Un resplandor desnudo, 
una luz calcinante
se interpuso en mi ruta,
me fascinó de muerte, 
pero logré evadirme
de su letal influjo
para seguir volando, 
desesperadamente'
Oliverio Girondo  ( Vuelo sin orillas, de 'Persuasión de los días' )

Hay cosas que hago sin pensar, como cambiar mi trayectoria cada cierto tiempo, aunque origen y destino sean siempre los mismos. Revoloteo como una polilla, experimento, confundo la dirección y me peleo con los mapas que se resisten a ser plegados. Errática, tengo a menudo la sensación de estar olvidando algo importante en el borde de todos los caminos; animal que tiende a desviarse, que no sabe migrar de norte a sur y viceversa, delfín varado en aguas poco profundas, hipnotizado por los colores que me ofrecen las costas que se presentan ante mí. Creyente fervorosa de aquello que me fascina, de las intuiciones y predicciones del horóscopo que me cuenta que el azar está jugando a mi favor; devota de santos pecadores y de ángeles caídos, fabrico amuletos con alientos y caricias de aquellos que me quieren. Desafío lo convencional, convencida de la fuerza de un karma que devolverá a mi carne todo aquello que ofrezco, multiplicado por mil. Siempre mirando más allá de lo que dicta el contrato como inquilina de mi cuerpo, suelo pintar el horizonte a mi antojo. Tal vez acierten esos libros de instrucciones vitales y sea más que probable que me golpee contra la superficie incandescente una y otra vez; y puede que me ciegue un rayo luminoso que yo atribuyo al sol y no es más que una pálida bombilla vista muy de cerca. Habrá quien piense que actúo de manera suicida y que mi perspectiva está siempre equivocada, pero tendré que descubrirlo de forma autodidacta, experimentando lo que supone un choque frontal contra la caliente transparencia del vidrio. Me rebelo contra cualquier manual de normas dictadas por un narrador que no conozco y reivindico la necesidad sagrada  de encontrar un camino propio y no resignarme a seguir la fila de las hormigas obreras.
Defiendo mi libertad de ser polilla, de tentar a la suerte contra cualquier cristal y de mantener el vuelo alrededor de mi particular bombilla.

© Cristina R.  G.

7 comentarios:

  1. Sigue manteniendo y defendiendo tu libertad... no todo el mundo es capaz siquiera de intentarlo.
    Un abrazo.
    Elena.

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  2. Desnudo integral, ¿eh?
    Mira que lo del horóscopo no me pega, pero por lo demás, te veo, te reconozco en estas líneas. Y amuletos, seguro que tienes millones, porque los que te queremos somos unos cuantos, polilla guapa.
    Bicos,
    Toño.

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  3. Tú no me podrías dar un poquito de tu sangre a ver si me pega algo?

    Besos.

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  4. Estás que te sales, Cristina. Y yo, feliz de leerte, de descubrirte en líneas como estas.
    Gracias y un fuerte abrazo.
    Aléxis

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  5. Desprendes un buen rollo como poca gente lo hace, en tu cara se ve también... Bendita la hora en la que descubrí tu Blog.
    Besos,
    Maca.

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  6. Elena, al menos habrá que intentarlo, ¿no?
    Toño, devoro horóscopos :P Bueno, va, venga, ahí he exagerado un poco, jajaja.
    Toro, querido mío, con la anemia que tengo, no creo que te hiciera un gran favor.
    Aléxis, lo que estoy es activa, y ya era hora, que he tenido este sitio hasta con telarañas en ocasiones.
    Maca, gracias, me alegra despertar algo en alguien, aunque lo de mi cara es todo pose, eh... ;)
    Y a todos, gracias, y sed felices.

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