domingo, 11 de julio de 2010

Marchar



Nadar contracorriente, alejándome despacio, como sólo soy capaz de hacer las cosas que me cuestan, esas que hacen que el mundo me pese hasta doler. Es necesario, pero no me reconozco haciendo lo debido, cargada de razones; no sé hacia dónde voy y no me importa, ahora sólo es tiempo de marchar, sin preguntas ni respuestas, sin reproches, inventando ganas.
Alguien que se cruza en mi camino me pregunta si me voy del todo; no respondo, no hay tiempo que perder. Cuando nos vamos, después de haber estado queriendo, siempre nos dejamos algo que algún día vuelve a aparecer con ganas de caricias o de estrellarse contra el suelo hasta perderse. Algo que nos recuerda un tiempo feliz o nos escupe sin piedad chorros de culpa y cobardía.
Yo no sé lo que he dejado ni qué harás cuando lo encuentres; tampoco sé lo qué me llevo, aunque pesa. Ahora sólo es tiempo de marchar, despacio, como sólo soy capaz de hacer las cosas que me cuestan...

2 comentarios:

  1. A veces irse no es lo que toca...A veces nos precipitamos, a veces nos arrepentimos después, a veces...
    Duro, pero lindo como siempre.

    ResponderEliminar
  2. Supongo que cuando quedarse no resulta satisfactorio, irse es la mejor opción, ¿no crees?
    Besos y gracias.

    ResponderEliminar