Al principio no resulta fácil, pero con el tiempo, uno va adquiriendo destreza. Podemos empezar por el pelo, otro color, incluso una peluca, cualquier cosa vale para poder alejarnos.
El maquillaje también es importante, labios más gruesos, pómulos exagerados. Si es necesario, recurriremos a alguna cirujía que nos regale una ficción. En ocasiones, es necesario hasta cambiar de ideas, incluso de latitudes.
Todo sería perfecto si no fuera por ella, por esa mirada que, insatisfecha, nos dice ante el espejo que aún nos reconoce.
Todo sería perfecto si no fuera por ella, por esa mirada que, insatisfecha, nos dice ante el espejo que aún nos reconoce.
Disfrazarnos para nosotros mismos es relamente difícil, pero que algunos hasta lo consiguen.
ResponderEliminarEl disfraz y el teatro es lo mismo desde que vivíamos en cuevas. Interpretar e incorporar a otros personajes; o uno mismo ser muchos; salir a dar un paseo fuera de la propia conciencia; huir de ella y que no te encuentre durante una temporada... ¡qué gran alivio, alivio, alivio!(y no me canso de decir "alivio") Un beso.
ResponderEliminarDavid Bisbal
Hay posos de huida en los disfraces...
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios.