viernes, 2 de mayo de 2014

Moon River


Cerrar los ojos y volar, la banda sonora de estas últimas semanas, mis semanas. Una cantinela me dice que pare, me muestra señales se stop por todas partes. Aparecen pasos a nivel con barreras que me alertan del peligro que corro; yo, ni caso. Planeo como una niña soluciones intermedias y diseño una ruta que bordee el infierno y me permita acercarme al ardor de las llamas para sentir su calor sin llegar a abrasarme. Mi cuerpo se rebela y mi conciencia está en números rojos, consternada al ver cómo mis labios dibujan besos en el aire. 
Y vuelvo a cerrar los ojos, y me prometo recuperar mi gobierno en un plazo muy breve, pero me concedo la licencia de disfrutar un poco más, de ser conscientemente  inconsciente.
Y es que somos así de inconformistas; tal vez esté en nuestra naturaleza, en los sueños, en la educación sentimental que nos forjan las lecturas. A saber. Podríamos estar en el Everest y aún así fantasear con una montaña desconocida que le robase unos cientos de metros.

9 comentarios:

  1. Cerrar los ojos, volar, fantasear, imprescindibles en el lenguaje humano, amiga. E imprescindible que me pase por aquí, además, llevas unos días muy activa (ya era hora, por otro lado).
    Un beso, y a seguir con los ojos cerrados...
    Maca.

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  2. Es tan necesario vislumbrar otras montañas, aunque sean imaginarias, como respirar. Sigue escalando, o no, pero abre de vez en cuando los ojos, ¡y no te olvides del arnés!
    Un abrazo.
    Aléxis.

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  3. Tan humana, tan tú.
    Bicos.
    Toño.

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  4. Tus tres últimas entradas son magníficas, Cristina. aprovecho aquí para decirte que la anterior Regalos, y la que no lleva título, esa que nació de un sueño, me han encantado.
    Un abrazo.
    Azucena.

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  5. Que envidia me das Cristina...

    Algún día de estos voy a dejarme ir hasta donde sea.

    Besos.

    Es el cuarto intento de comentario por culpa de las palabras de verificación.

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  6. Toro, déjate fluir; y de envidia nada, todos tenemos nuestros propios conflictos interiores. El mío es posible que lo deje en la cima del Everest... o no ;)
    Besos y gracias, a todos, como siempre.

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  7. Las dichosas palabras de verificación, arggggg.
    'Demuestra que no eres un robot'; ¿quién habrá sido el autor de semejante despropósito...?

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  8. "Planeo como una niña soluciones intermedias". Siempre pienso que hay algo de niña en esta mujer que eres tú. Esa frescura y esa manera tan tuya de decir las cosas hace que te lea una y otra vez. Y no me canso, Cristina.
    Un abrazo desde Málaga.
    G. de Nieto.

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  9. Creo que en la niña (precoz) que fui, hubo siempre una mujer, así que, ahora la niña se toma la revancha y aparece ;)
    Gracias por entrar.
    Abrazo de vuelta, desde Madrid.

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