Las flores se marchitan; el amor, perdura. No me gustan las flores arrancadas, metidas en floreros de cristal o adornando tumbas de héroes ya desmitificados, por fin humanizados.
Jamás llevaré flores a los que amé; los tendré en mi recuerdo exprimiéndome el alma, suplicándoles ese beso que no siempre llegó a tiempo.
Estoy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarBs
La importancia del recuerdo, del cariño... no valen las flores que no se cuidan, que no se riegan a diario... no vale comprarlas una vez por cada año.
ResponderEliminarUn placer leerte ;)
Que hermoso texto Cristina. Un abrazo, Maxine
ResponderEliminarNo encuentro palabras para definir este post, Cristina. Hay tantos besos que llegan tarde...
ResponderEliminarTe envío un beso, esperando que llegue a tiempo.
Maca.
Pocas palabras para expresar tanto. Como siempre. Eres única resumiendo lo sublime.
ResponderEliminarAléxis.
Hermoso texto, como la foto que lo acompaña.
ResponderEliminarJuan
Gracias a tod@s, amig@s.
ResponderEliminarÁfrica: como tú me lo has pedido, guardo para mí el bellísimo comentario que dejaste en esta entrada, pero con pena, créeme. Gracias y besos.
Y ese jugo del alma que nos exprime el recuerdo algunos lo llaman lagrimas.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por el paseo en cubierta, todo un honor.